domingo, 29 de junio de 2008

Viajando un relato

No parece real estar acá, me ha costado tanto la planificación de este viaje que nunca hubiera creído llegar alguna vez. Pero estoy en Pinamar con mis cuatro amigos (La Peti, Mechy, Lulu y Moyi), ya en la mitad de la quincena, con muchas cosas que han pasado y otras que pasarán seguramente.
Presiento que ya hace mucho que vivo acá. Pensar en lo que fue llegar y encontrar el departamento dado vuelta. Gracias a Dios $18.20 en artículos de limpieza pudieron curar aquel lío, que por suerte no fue visto por Lulu y Moyi. Vale decir que esa catástrofe del primer día obviamente fue subsanada con ricos churros y un atardecer en la playa, observando a la gente que se iba y nos dejaba el mar y la arena sólo para nosotros.
Nuestro viaje se desarrolla con normalidad, de la manera que esperábamos creo yo. Estamos disfrutando de la playa de sol a sol: trajimos todo lo que se nos pudiera ocurrir. Por supuesto aprovechamos cada noche también, con salidas y anécdotas que quedarán en el recuerdo. Y no faltan los nuevos amigos: “El pela” e Inés son “vecinos de sombrilla” que comparten todas las tardes con nosotros, y Damián y Cristian -nuestros vecinos de departamento-, disfrutan con nosotros de las noches de guitarras, bongós y tragos tropicales variados y azucarados.
Anécdotas ya hay miles, como los cuatro días seguidos de lluvia, el viaje mar adentro con la banana y la moto de agua… Creo que nadie va a poder contar ese hecho sin referirse, al menos una vez, a mi cara de miedo y vértigo, a cómo cayó Lulu a 20 mts de distancia, a cómo Mechy sufrió nadando sola, ¡o al agua viva y La Peti! Los dolores en el cuerpo, producto de las incontables veces que caímos al mar, me van a durar unos días, pero ¡cómo disfrutamos esa experiencia! Si podemos lo vamos a repetir antes de volver.
Nos faltan varios días para irnos, recién pasaron ocho jornadas de nuestra veraniega estadía y, no obstante, ya hemos disfrutado de casi todo. No quisiera volver, aunque extraño cosas de Buenos Aires, pero juro que me quedaría un mes más si pudiera. Además estoy aprendiendo mucho acá, reencontrándome con pensamientos perdidos, reflexionando sobre errores que cometí, despidiéndome de ciertas cosas y superando otras, y estoy muy feliz por eso. Ansiaba separarme de la ciudad y estar con mis amigos, y ahora que lo vivo me siento en paz, estoy satisfecha por haber logrado algo que me costó tanto alcanzar.
Por otra parte estoy aferrada a nuevas cosas, y reforzando una amistad con mis compañeros de viaje, seres invaluables, comprensivos y especiales. Nada de esto sería lo mismo sin ellos, sin el humor de Mechy, la dedicación de Moyi por cuidarnos como ningún amigo lo haría, la ternura de Lulu, el espíritu único de La Peti. Me siento parte de ellos y ellos parte indivisible de mí. Amo estar acá y disfrutar de su compañía, ir a la playa, reírme de las locuras que hicimos días anteriores, disfrutar de cada salida, todo. Sé que lo que estoy viviendo es inolvidable, que voy a extrañar todo esto cuando vuelva a Buenos Aires, pero no me cabe la menor duda de que los voy a tener a ellos conmigo, y eso me basta y me reconforta.
Por todo esto, sé que este viaje se distingue de cualquier otro. Me siento libre y tengo la mente más clara. Y sobre todo sé que hay muchas cosas que voy a llevarme de este hermoso rincón de playas: tantas historias, olores, charlas con mis amigos, melodías que nos acompañaron casi todo el tiempo, el ruido de las olas, el recuerdo de su color, los largos y anaranjados atardeceres recostados sobre el mar. Es esa sensación de que el tiempo es infinito y los días no pasan, de saberme única en este lugar, de creer que todo hecho pasa y todo recuerdo queda. Sé que al volver hacia Buenos Aires todo eso va a estar reflejado los ojos de mis amigos, cuando sientan al igual que yo, que valió la pena atravesar por tantas cosas para llegar acá, y que éste es sólo uno de tantos viajes que haremos juntos, porque ellos son parte de mi nueva historia y este viaje, tan sólo el comienzo de ella.

Dedicado a mis queridísimos amigos... Siempre con uds.

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